"Edipo" en el Teatro Colón,

Con un gran despliegue de producción y brillante exposición vocal se presentó "Edipo" de George Enescu en el Teatro Colón de Buenos Aires.

Por Alejandro Villarreal

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Con un gran despliegue de producción y brillante exposición vocal se presentó "Edipo" de George Enescu en el Teatro Colón de Buenos Aires. La propuesta que contó con una gran promoción por la presencia artística de La Fura dels Baus fue reflejada en cuatro funciones a sala llena y en un público que aprobó sin exaltarse una puesta por demás delineada en la creatividad del regie Alex Olle y Valentina Carrasco.

 

En muchos casos la expectativa supera lo finalmente producido. Alrededor de esta puesta de la ópera del compositor rumano por excelencia se generó una gran sensación de que "Edipo" en las manos de La Fura dels Baus era un hecho artístico de gran espectacularidad y sin duda algo de eso hubo. Esta creación de Alex Olle, uno de los fundadores del grupo catalán, no tiene fisuras desde lo conceptual. Aunque por momentos carente de acción, la representación cae irremediablemente en la falta de continuidad de la música de Enescu. Olle pretende motivar la reflexión sobre los grandes temas que marcan la tragedia de Edipo y sobre la impotencia del hombre frente al destino adverso. Según palabras del director "La eternidad de Edipo nos habla de la actualidad de lo trágico: el desamparo del individuo dominado por un destino que se afana en controlar". Es que la obra realizada por George Enescu y el libretista Edmond Fleg es la principal aliada de esta creación de Olle que, en aproximadamente 160 minutos la obra nos presenta la vida de Edipo desde su nacimiento pasando por el posterior abandono de sus padres y llegando a reunir la saga de las tragedias de Sófocles sobre Edipo: "Edipo Rey" y "Edipo Colono". Una historia que en manos de Fleg sufre importantes cambios que llevan a este Edipo a ser un ser humano de cualquier tiempo, la dupla Enescu-Fleg logra representar la vida del héroe generando expectativa y suspenso, pero nunca acción. Es complejo desde lo musical encontrar continuidad armónica en toda la obra. Edipo lucha para evitar su destino que finalmente cumple dejando en manos de los hombres - y no en la de los dioses- su vida. El mito ya no lo es, y la humanidad de este Edipo derrumba los muros de la mitología. Olle absorbe de manera magistral lo dictado por el compositor y el libretista y lo lleva a escena, quitando de manera definitiva lo mitológico y ubicando a Edipo en distintos momentos de la historia mundial. Pasado, presente y futuro se confunden entre actos y escenas con un solo objetivo: demostrar que la tragedia de Edipo trasciende lo cronológico y mitológico. Olle logra una íntima conexión con Edipo pero también lo hace con el tándem Enescu-Fleg. Entre las libertades que se tomaron compositor y libretista sobre el mito de Edipo y las licencias escénicas que Olle impone con su puesta no hay diferencias, trabajan en conjunto y en este caso se logra un espectáculo de gran factura. Una creación que recoge la vida de Edipo y la ubica en la antigua Grecia, haciendo escala por una sesión de psicoanálisis y recorriendo la Segunda Guerra Mundial hasta llegar a un futuro incierto de devastación industrial, todo teñido por un color terracota que unifica la obra.

 

"Edipo" es una coproducción del Teatro Colón de Buenos Aires con el Teatro Real La Monnaie de Bruselas, el Gran Teatre del Liceu de Barcelona y la Opera Nacional de París. En casos como este donde una superproducción es lo principal, siempre quedan relegados a un segundo plano los intérpretes, salvo que estos sean megaestrellas. Quizá sería muy interesante titular esta nota de la siguiente manera, solo para nivelar las cosas y hacer justicia dentro de lo posible... " 'Edipo' en el Teatro Colón, una gran interpretación de Andrew Schroeder". El barítono estadounidense tuvo una actuación por demás interesante, basado en un cuidadoso caudal de voz  ya que su timbre es de gran sonoridad, solo tiene ciertos altibajos en las notas graves y su tono es de exquisita riqueza. Schroeder se mueve magistralmente interpretando personajes complejos, en este caso su figura refleja un gran conocimiento de la partitura de Enescu. Entrenado ya en el personaje, su actuación es correcta. Schroeder fue Edipo para el estreno de esta misma producción en el Teatro de La Monnaie de Bruselas en octubre de 2011. Enescu reserva en la partitura un destacado lugar para Edipo, donde los demás personajes quedan ligados al protagonista de manera insoslayable. La elección de un bajo barítono de amplia gama vocal es un acierto de Enescu, y Schroeder logra sin fisuras lo pretendido por el compositor.

 

La música de Enescu no logra con ésta, su única ópera, generar la acción necesaria para desarrollar la historia a lo largo de sus cuatro actos. "Oedipe" - según el título original- no consigue gestar momentos de emoción y sus armonías nunca encuentran continuidad. Es difícil conmoverse con esta ópera, es aun más complejo encontrar una melodía realmente representativa de toda la obra. "Edipo" es un conjunto de sonoridades de permanente ambigüedad y distintos manejos de planos musicales que nunca confluyen en algo superador. Con el texto en francés "Edipo" fue estrenada en la Ópera Garnier de París el 13 de marzo de 1936 y en sus 76 años de vida su difusión fue escasa... rara vez se representa en la actualidad.

 

Catorce intérpretes solistas tiene esta ópera que en la versión del Teatro Colón encuentra en un gran momento al bajo barítono Robert Bork que, con una potente y pareja emisión deslumbró al público junto a la mezzo soprano vienesa Natasha Petrinsky de gran presencia en los tonos bajos pero dificultad de emisión en las notas altas. Es de destacar la gran participación de cantantes del medio local que estuvieron a la altura de las exigencias como las correctas interpretaciones de Fabián Veloz, Gustavo López Manzitti, Enrique Folger, Guadalupe Barrientos, Lucas Debevec, Alejandro Meerapfel, Victoria Gaeta, Gustavo Zahnstecher, Cintia Velázquez y Alejandra Malvino.

 

La Orquesta Estable del Teatro Colón fue dirigida por el maestro Ira Levin quien realizó un trabajo preciso y respetuoso de la partitura, manejando los tiempos musicales con refinada sensibilidad. Como en cada representación operística el Coro Estable del Teatro Colón cumple con creces la labor encomendada por el compositor de turno, Peter Burian es un relojero que sabe mantener en funcionamiento cada pieza de la joya que tiene en sus manos, el resultado es sublime.

 

"Edipo" de George Enescu resultó una obra con una historia conocida por todos y una música que en ningún momento encuentra su cumbre. Es por esto que debo decir que la conjunción entre La Fura del Baus, intérpretes, iluminación, vestuario y músicos es demasiado importante e imponente para una obra que siempre mantendrá su estadío más en los libros de historia que en los teatros del mundo. Mucho para ver, mucho para escuchar y pocas melodías por recordar. Así pasó "Edipo" por el Teatro Colón.

 

Alejandro César Villarreal
Director de hagaselamusica.com

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