Ópera y chatarra, una historia de amor

El tenor Celso Albelo y la soprano Leonor Bonilla aventuran que el público flipará con la representación de 'Lucia di Lammermoor' en una nave industrial como escenario

30/05/22

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Las notas de ópera que se escuchan nada más atravesar el recinto del desguace Hierros Foro ya presagian que algo inusual ocurre. Se confirma la sospecha al adentrarse en la nave. Unas hileras de focos rivalizan con las vigas de hierro, la elegancia del piano de cola y el arpa afloran entre máquinas y contenedores industriales y el chorro de voz de los cantantes líricos convive con el ruido que genera un taller por mucho que se quiera mitigar. Los ensayos de Lucia di Lammermoor ya aventuran que la propuesta de Ópera Garage ensambla una historia de amor entre dos mundos, a priori, opuestos. La cita, mañana a las 20 horas, en la empresa ubicada en el camino de Revenga, junto al punto limpio del G-3 (entradas, entre 30 y 54 euros, a la venta en www.operagarage.com).

 

Mientras el director artístico, Emiliano Suárez, comenta la escena con Javier Franco (hermano de Lucia), Emmanuel Faraldo (exnovio) y David Cervera (cura y amigo de la familia), ante la atenta mirada de Olaia Lamata (amiga de Lucia), el tenor Celso Albelo, que interpreta a Edgardo de Ravenswood, el protagonista, admite que la experiencia es cuanto menos particular. 

 

«Está llena de encanto, porque está el canto de los pajaritos por un lado, la belleza decadente de la chatarra, por otro, y todo envuelto por la música creada en un desguace. ¡Me encanta!», expresa el cantante, que, con apenas una hora allí, confiesa estar acostumbrándose al frío, al ruido de las máquinas, a los olores... «Esto es un aprendizaje y es muy motivador», remacha convencido de que sacar la ópera de esas torres de marfil que a veces son los grandes teatros servirá para seducir a nuevos públicos. 

 

«La ópera es tan universal que funciona incluso haciéndola en lugares tan diferentes a los que estamos acostumbrados y a lo mejor sirve para que la gente pierda el miedo y deje de pensar que es algo muy elitista, porque es todo lo contrario, es una cosa muy humana, como la chatarra», afirma y agrega que, sea en un auditorio o en un taller, como cualquier manifestación artística, busca remover sentimientos. 

 

Y esta versión de la ópera de Donizetti ansía tocarlos situando en la actualidad la historia de Lucia y Edgardo, una niña bien que se deja arrastrar al mundo de las drogas por ese pintor bohemio del que se enamora perdidamente pese a la oposición de su familia. 

 

El estudio de ese artista, con una mesa repleta de botes de pintura, pinceles y otros bártulos, más un camastro al lado, forma parte de la escenografía a ras de suelo. 

 

«Tanto Lucia como Edgardo somos esclavos de nuestras familias y en esta versión nos lleva a buscar una coperta di linus en la droga. El amor no lo pudo tanto y nos metimos en caminos muy oscuros», ilustra el tenor, que vuelve a tirar de la universalidad de la ópera para acomodarla en cualquier época.

 

Esta Lucia con estética a lo Amy Winehouse es nueva completamente para la soprano Leonor Bonilla, que se prepara el papel sola, en una nave contigua, entre grandes contenedores y fardos de chatarra aplastada. 

 

Dicen que la primera impresión es la que queda y la que ha visto la cantante sevillana ha sido mientras descargaban la chatarra. «Ha sido ¡'Guau', cómo se puede hacer un espectáculo de ópera aquí! Es posible acercar públicos a músicas como la ópera y acercar esta a diferentes contextos y escenarios donde uno no se imagina. Tiene que ser una experiencia bonita y excitante de vivir», se explaya y se refiere tanto al elenco artístico como al espectador. «Para nosotros, que estamos acostumbrados a cantar en un escenario, con su telón, su patio de butacas, su foso, supone sacarnos de nuestra zona de confort, y tener al público tan cerca aporta emoción, a nosotros y a él, que nos escuchará a pocos metros de distancia», advierte abrazada a su libreto, pequeña en medio de esos gigantes industriales. 

 

Fuente: https://www.diariodeburgos.es/

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