HLM RADIO

Clásica y ópera -

Edward MacDowell


Edward MacDowell haya llegado a ser el compositor norteamericano más representativo del siglo XIX, fue uno de los compositores importantes e influyentes de su país, pero su música no suena particularmente norteamericana
Estados Unidos


De algún modo es irónico que Edward MacDowell haya llegado a ser el compositor norteamericano más representativo del siglo XIX. Fue uno de los compositores importantes e influyentes de su país, pero su música no suena particularmente norteamericana, sin duda debido a los muchos años que pasó estudiando y componiendo en Europa. Sin embargo, MacDowell hizo mucho por la música de su país, pero las circunstancias conspiraron para impedir que hiciera aun más...

 

MacDowell dio claras muestras de su talento musical cuando era niño. Recibía lecciones de piano mientras crecía en Nueva York, pero antes de que pasara mucho tiempo, sus padres consideraron que era necesario que recibiera una educación europea. Como eran gente de buena posición, MacDowell pudo partir hacia París, acompañado de su madre, a la edad de 16 años. Después de dos años en el Conservatorio de París, MacDowell se mudó a Alemania para avanzar en sus estudios y la señora MacDowell, creyendo que su hijo ya era suficientemente grande para arreglárselas por su cuenta, partió de regreso a Nueva York.

MacDowell tenía 19 años cuando conoció a Franz Liszt. Era uno de los varios participantes jóvenes de un concierto de música de Liszt que se realizó en el Conservatorio Hoch, en Frankfurt. A la edad de 21 años, MacDowell se convirtió en instructor de piano en el Conservatorio de Darmstadt, pero renunció después de un año con el propósito de dedicar más tiempo a la composición. Interpretó para Liszt su primer Concierto para Piano, en Weimar, recibiendo considerable aliento por parte del patriarca de la música alemana. Posteriormente MacDowell dedicó el Primer Concierto a Liszt, quien le ayudó a conseguir que se realizaran presentaciones y publicaciones de sus obras en Europa.

 

El compositor se casó con Marian Nevins, en Nueva York, en 1884. La pareja regresó inmediatamente a Alemania, residió primero en Frankfurt y luego en Wiesbaden. Allí compuso el Segundo Concierto, una obra grande y romántica en la tradición de los conciertos para piano de Liszt. Los MacDowell conocieron a varios compositores norteamericanos que estaban estudiando en el extranjero.

 

En 1888 uno de ellos, Benjamín Johnson Lang, los convenció para que volvieran a Estados Unidos. El compositor había vivido en Europa durante doce años -casi la mitad de su vida creativa-. Había compuesto mucha música en forma grande y pequeña, que mostraba la influencia de alemanes tales como Schumann, Liszt, Wagner y su profesor Raff.

 

Poco después de regresar a Norteamérica, MacDowell interpretó el nuevo Segundo Concierto en Nueva York y después en Boston. La pieza recibió una alabanza entusiasta de parte de la prensa, y el director Frank van der Stucken prometió tocarla en un concierto de música norteamericana en París. La reputación de MacDowell creció rápidamente y antes de que pasara mucho tiempo era el compositor más famoso de Estados Unidos. Vivía en Boston, donde tenía un buen número de alumnos particulares y donde con frecuencia daba conciertos y componía intensamente.

 

En 1896 fue invitado a poner en marcha un departamento de música en la Universidad de Columbia en Nueva York. El comité de investigaciones de la universidad lo consideraba "el genio musical más grande que había producido Norteamérica" y por eso le ofrecía un puesto en composición, aunque sólo tenía 35 años. Impartió dos cursos de historia de la música, dos cursos de teoría y una clase de composición. Insistía en sostener una práctica rigurosa pero también aconsejaba a sus alumnos de composición que escucharan la música nativa y la incluyeran en sus piezas. La síncopa, afirmaba, era natural en los norteamericanos. Decía que el ragtime había influenciado el scherzo del Segundo Concierto para Piano y que, de haber vivido él más tiempo en Norteamérica, seguramente hubiera hecho un mayor uso de los ritmos del ragtime.

 

Quizás estas afirmaciones suenen extrañas hoy. Es difícil detectar el menor rastro de ragtime o algún otro tipo de música norteamericana en el concierto que MacDowell compuso en Wiesbaden. Además, ahora que conocemos la música auténticamente norteamericana de compositores tales como Ivés y Joplin, el concierto de MacDowell suena claramente europeo. Sus armonías y melodías están tomadas directamente del romanticismo alemán. Era más fácil para MacDowell proclamar el nacionalismo norteamericano que lograrlo.

 

La defensa de MacDowell de las influencias norteamericanas en la música era loable. El compositor comprendía que, aunque había una rica herencia musical en Europa, Estados Unidos era un país diferente con su propia cultura, aunque esta fuera nueva. Predicó una música indígena, pero fue incapaz de componerla. Unos pocos años más tarde se molestó por el hecho de que la música de un visitante -Antonín Dvorak, compositor de la Sinfonía Nuevo Mundo- fuera presentada al público de Nueva York como música nacional norteamericana. MacDowell no pudo reconocer el paralelismo con su carrera anterior, pues cuando él vivía en Europa escribió música que sonaba europea y la interpretó allí.

Aquí en Estados Unidos se nos ha ofrecido un modelo de música nacional "norteamericana" diseñada por un natural de Bohemia, Dvorak... Antes de que un pueblo pueda encontrar un compositor musical que se haga eco de su genio, debe primero poseer hombres que verdaderamente lo representen -es decir, hombres que, siendo parte del pueblo, amen al país por sí mismo; hombres que pongan en su música lo que la nación haya puesto en sus vidas; y en el caso de Estados Unidos necesita sobre todo, tanto de parte del público como de parte del escritor, absoluta libertad con respecto a la restricción que sobre nosotros ha impuesto una deferencia casi ilimitada con el pensamiento y el prejuicio europeos.

 

MacDowell hizo mucho por la música norteamericana, pero las circunstancias conspiraron para impedir que hiciera aun más. Pudo haber influido sobre toda una generación de compositores norteamericanos desde su cargo en Columbia, pero renunció después de seis años, tras una disputa con Nicolás Murray Butler, el nuevo presidente de la universidad. MacDowell se sentía frustrado por la pobre preparación de sus estudiantes y deseaba que Columbia obligara a las escuelas secundarias a capacitar mejor a sus estudiantes en las artes. Propuso que se negara el ingreso en Columbia de cualquier estudiante que estuviera pobremente preparado en artes, sin importar lo altas que fueran sus otras calificaciones. Butler consideró esto una amenaza a los números de inscritos. La controversia fue dada a conocer por los periódicos de Nueva York, para mayor vergüenza de ambas partes.

 

Después de irse de Columbia, MacDowell se quedó en Nueva York. Fue uno de los fundadores de la Academia Norteamericana de Artes y Letras e hizo planes para transformar su casa de verano en Peterborough, New Hampshire, en una colonia para artistas. La Colonia MacDowell sigue floreciente en la actualidad, y proporciona a los artistas residencia de varios meses de tiempo libre sin distracciones para trabajar. Poco después de su renuncia a la universidad, el compositor empezó a mostrar signos de enfermedad mental. Para el otoño de 1905 había hecho una regresión a un estado infantil. Murió tres años más tarde a la edad de 47 años.

 

MacDowell es algo así como una paradoja. Compositor enormemente dotado, se distinguió y ganó su reputación escribiendo música europea en Europa. Debido al apoyo de Liszt, pudo regresar a su país convertido en una celebridad. Sus composiciones posteriores fueron todas modestas y sin embargo en ellas empezó a mostrar ciertos rasgos de una música artística nativa. Creía profundamente en la música indígena norteamericana, aunque no aprobaba completamente el nacionalismo. Finalmente prohibió, de hecho, la presentación de cualquiera de sus composiciones en los conciertos en los que se interpretara solamente música norteamericana. Creía que la música norteamericana debía tener una identidad y que, una vez que la tuviera, debía elevarse por encima del nacionalismo y ocupar el lugar que por derecho le correspondía junto a toda la música artística del mundo. Actualmente las creencias de MacDowell se han difundido, pero todavía su música es mucho menos conocida de lo que merece serlo. Sin embargo sigue siendo fuerte su impacto en la música norteamericana -más por su fundación de la Academia Norteamericana y de la Colonia MacDowell que por sus composiciones.



Edward MacDowell
Noticias
Jules Massenet

Francia



Massenet influyó considerablemente a la música francesa de su tiempo. Incluso Debussy y Ravel no pudieron desligarse de algunos elementos de su música. Y en el extranjero Chaikovski y Puccini recogieron ciertos aspectos de su arte.
Noticias
Piotr Illich Chaikovski

Rusia



Los que afirman que la música de Chaikovski es excesivamente sentimental no han explorado con la profundidad suficiente para percibir la creatividad y la habilidad que se manifiestan en su estructura musical.
Noticias
Ottorino Respighi

Italia



Si bien no fue el principal compositor italiano de su generación, Respighi fue lejos el más exitoso a nivel mundial. Las innegables limitaciones de su arte se asocian a su personalidad.
Noticias
Johann S. Bach

Alemania



Bach, un hombre profundamente religioso, dedicó su música a Dios. Sus obras para órgano han sido consideradas las más grandes que jamás se compusieron y sus partitas sin acompañamiento son todavía el desafío supremo para el violinista solista. Creó nuevas exigencias y dimensiones técnicas en todas las formas musicales que abordó...

+ compositores
MEDIAKIT (Espacios de publicidad para empresas, comercios y profesionales)

Hágase la Música / Argentina©